A muchos dueños les resulta muy doloroso tener que dejar a su perro en una residencia canina. Piensan que su animal se va morir de pena, o por lo menos que lo va pasar muy mal, echando mucho de menos a sus dueños. Además creen que al volver con sus dueños no les reconocerá o que estará enfadado con ellos por haberlo abandonado. Desde luego, si la mitad de estos temores fueran verdad, sería un crimen hacerle pasar unas vacaciones en una residencia. Afortunadamente, la realidad es otra. Lo primero que hace que al perro no le resulte nada incomoda una estancia fuera de su casa es el hecho que los perros viven en un momento continuo, piensan y viven en el ahora, no en el ayer ni en el mañana.
Pensar así hace difícil echar de menos como nosotros. No se olvidan de sus dueños, todo lo contrario, tienen muy buena memoria. Incluso una estancia muy alargada (muchos meses) no es capaz de borrar los recuerdos de sus dueños de su mente. Lo que si es importante para un perro es que el momento en que vive sea lo suficientemente interesante como para poder entretenerse de manera divertida. Una residencia donde los perros están encerrados en jaulas individuales durante todo el día será muy agobiante para tu perro. No tendrá diversión y no se sentirá a gusto.
Por el contrario, si sus cuidadores se ocupan de entretenerlo de manera interesante para él, no le importará estar en esta situación. Puede incluso que se lo pase tan bien que entrará con muchas ganas la próxima vez que le lleves a nuestra residencia 🙂